24 de marzo: Día mundial de la tuberculosis
Un mundo libre de tuberculosis necesita más inversiones y un compromiso político más fuerte

 

 

Michel Kazatchkine, Asesor Especial de la Oficina Regional de Europa de la Organización Mundial de la Salud (OMS/Europa), ex Director Ejecutivo del Fondo Mundial y Miembro del Consejo de Amigos Europa

 

En 2022 10.3 millones de personas contrajeron la tuberculosis. A pesar de ser una enfermedad evitable y curable, 1.3 millones de personas murieron por TB aquel año y la TB sigue siendo la enfermedad infecciosamás mortífera del mundo. También es la principal causa de muerte en personas con VIH y contribuye de manera importante a la resistencia antimicrobiana.

Despuè_s de dos años de retroceso por la pandemia de Covid-19, ahora estamos asistiendo a nuevos signos de progreso en la lucha contra la TB. Un número récord de 7.3 millones de personas ha sido diagnosticado en 2022, según la OMS.

Sin embargo persisten muchos desafíos. La financiación sigue siendo insuficiente; los servicios de TB y los sistemas de salud continúan siendo frágiles en muchos lugares del mundo; la pobreza, la exclusión y las desigualdades en el acceso a la atención siguen obstaculizando tanto la prevención y el tratamiento de la TB como la perspectiva de acabar con la enfermedad para 2030.

Nuevas esperanzas alimentadas por nuevos avances científicos

Los últimos años se han visto importantes avances científicos en la lucha contra la TB. Disponemos de nuevas herramientas de diagnóstico molecular. El tratamiento de la TB resistente a fármacos es más corto, más seguro y más efectivo que nunca. Hay nuevos candidatos a la vacunación en ensayos clínicos. El arsenal preventivo y curativo contra la TB se vuelve más sólido cada año. Con mayores inversiones y más colaboración internacional la ciencia aportará aún más innovaciones poderosas en los próximos años.

La necesidad de fortalecer aún más los programas nacionales de TB

Si bien la ciencia abre nuevas perspectivas, la traducción del progreso científico en programas y la implementación real de los programas nacionales de TB siguen siendo lentas e insuficientes en muchos países de ingresos bajos y medios. Lograr una cobertura universal de prevención y  cuidado de la TB requiere un acceso más amplio y asequible a nuevos diagnósticos y tratamientos, un fortalecimiento de los sistemas de salud nacionales, incluyendo un uso más amplio de tecnologías digitales innovadoras.

Una cuestión de compromiso político

Los avances adicionales en la lucha contra la TB dependen en gran medida de que se continúe y aumente el compromiso político a nivel nacional y mundial. El llamamiento a la acción trasciende fronteras, requiriendo colaboración y solidaridad entre naciones, sectores y partes interesadas. Las asociaciones multilaterales representadas por iniciativas como el Fondo Mundial, ofrecen la mejor vía para movilizar recursos y promover una acción colectiva para acabar con la TB para fines de esta década.

En 2015, la comunidad internacional se comprometió a eliminar la tuberculosis para 2030 en el marco de la agenda de los ODS. El Fondo Mundial que actualmente asegura tres cuartas partes de la financiación internacional para programas de TB, trabaja con gobiernos, comunidades, organizaciones de la sociedad civil, socios institucionales y el sector privado para reajustar y acelerar la trayectoria hacia la eliminación de la tuberculosis y también para fortalecer los sistemas de salud y preparar al mundo para el futuro, justificando así que sus donantes refuercen su compromiso político y financiero para permitir al Fondo satisfacer sus necesidades.


Dos años de guerra en Ucrania: ¿Cuál es la situación de la lucha contra la tuberculosis?
Los dos años de conflicto en Ucrania – muy afectada por la tuberculosis desde antes- han tenido un impacto devastador en la prevalencia y la gestión de la tuberculosis en las zonas afectadas por la guerra.

Incluso antes de la guerra, Ucrania presentaba una de las tasas más altas de tuberculosis de los 53 países de la región europea de la OMS, con 32.000 tuberculosos en 2020 y 12.000 con tuberculosis resistente, de los que sólo la mitad recibía tratamiento. La destrucción de las infraestructuras médicas, la interrupción de los servicios sanitarios básicos y la perturbación de los programas de detección, diagnóstico y tratamiento como consecuencia de la guerra han provocado retrasos en el tratamiento de los pacientes con tuberculosis y han contribuido a aumentar el número de casos de tuberculosis.

Vea la entrevista con Alexandrina Iovita, Asesora Principal de Derechos Humanos del Fondo Mundial, y Andriy Klepikov, Director Ejecutivo de la ONG ucrania Alianza para la Salud Pública