Luchar contra la Covid-19, sí, pero no hay que olvidar el sida
La necesidad de una solidaridad reenforzada

La actual crisis sanitaria mundial ha llevado a replantearse las prioridades de inversión política y financiera de toda la comunidad internacional en el amplio campo de la salud global y de la seguridad sanitaria. Ella se ha movilizado pronto para dar una respuesta rápida y coordinada a los desafíos científicos y de acceso a la atención médica que plantea la pandemia mundial de Covid-19.

Desde su creación en 2002, el Fondo Mundial ha salvado 38 millones de vidas del sida, la tuberculosis y la malaria. En 2019, ha ayudado a proporcionar tratamiento a 20,1 millones de personas que viven con el VIH en los países en que opera y a proporcionar a 718.000 madres seropositivas acceso al tratamiento para prevenir la transmisión del virus a sus bébés.

En el espacio de casi dos decenios, el Fondo Mundial ha contribuido a una disminución del 61% de las muertes relacionadas con el sida. A pesar de estos resultados excepcionales, en 2019 se han infectado con el VIH 1,7 millones de personas y se han registrado 690.000 muertes relacionadas con el sida.

En la actualidad 38 millones de personas viven con el VIH en todo el mundo, 12 millones de las cuales todavía no tienen acceso a un tratamiento.

A pesar de los notables progresos realizados, e incluso antes de la crisis de Covid-19, la respuesta mundial al sida no iba por buen camino para alcanzar los objetivos de desarrollo intermedios establecidos por ONUSIDA (para 2020, el 90% de las personas que viven con el VIH diagnosticadas, el 90% entre ellas con un tratamiento y el 90% de quienes lo reciben tengan supresión viral). [1]

Nuevos objetivos para 2025

Mediante su informe “Prevailing against pandemics by putitng people at the centre” (“Previniendo las pandemias poniendo a las personas en el centro de la respuesta”), publicado la semana pasada, ONUSIDA ha fijado nuevas metas para 2025 en tres esferas: servicios de salud integrales basados en la población, un enfoque centrado en las personas y la eliminación de las barreras sociales y jurídicas que obstaculizan un entorno propicio para los servicios relacionados con el VIH.

ONUSIDA reconoce en su informe la interacción entre los diferentes ODS y confirma que sólo se podrá poner fin al sida si se logran también los demás ODS (incluida la reducción de la pobreza, la educación, la igualdad entre los géneros y el acceso a un trabajo decente).

La doble lucha del Fondo Mundial: la lucha contra la Covid-19 y la continuación de los programas contra las pandemias

El Fondo Mundial desempeña un papel fundamental en la respuesta multilateral a la Covid-19 en los países que reciben ayuda internacional, y ha actuado con rapidez para permitir que los países que reciben su apoyo respondan rápidamente a la Covid-19, asegurando al mismo tiempo la continuación de sus programas para combatir el VIH, la tuberculosis y la malaria.

Además de cumplir su función ad hoc en la lucha contra estas tres enfermedades, el Fondo Mundial debe mitigar los efectos de la Covid-19 en la lucha contra el VIH.

Muy rápidamente permitió a los países utilizar hasta el 5% de su subvención para reprogramar las actividades y los ahorros por un importe total máximo de 500 millones de dólares estadounidenses. En abril de este año, también creó un mecanismo de respuesta, el Mecanismo de Respuesta Covid-19 (C19RM), con un presupuesto de 500 millones de dólares estadounidenses.

Así, el Fondo Mundial ha facilitado el acceso a productos esenciales a quienes más los necesitan (distribución de antirretrovirales e instrumentos de prevención, en particular para las poblaciones clave y las que están más alejadas de los sistemas de salud) y ha distribuido equipo de protección personal, en particular para los trabajadores de la salud y los agentes de salud comunitarios.

La necesidad de aumentar la financiación

El Fondo Mundial advirtió tempranamente que temía que el impacto de la pandemia del Covid-19 en la lucha contra el VIH pudiera revertir más de una década de progreso en la lucha contra el sida y que el número de muertes por sida, tuberculosis y malaria pudiera duplicarse para 2020-2021.

El pasado mes de junio dio la alarma y anunció que se necesitan 5.000 millones de dólares para adaptar los programas para las tres enfermedades, luchar contra la Covid-19, reforzar los sistemas de salud y proteger a los trabajadores de la salud.

Estas necesidades inmediatas forman parte tanto de la lucha contra la Covid-19 como del intento de mantener los progresos realizados en la lucha contra el sida. Para acabar rápidamente con la Covid-19 y volver al camino de la eliminación del sida para 2030, los Estados deben intensificar sus esfuerzos e invertir ahora para no dejar a nadie atrás.

Referencia:

[1] ODS 3.3 adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2015:  » Para 2030, poner fin a las epidemias del SIDA, la tuberculosis, la malaria y las enfermedades tropicales desatendidas y combatir la hepatitis, las enfermedades transmitidas por el agua y otras enfermedades transmisibles. »

Notas:

  • Lea el Informe sobre los resultados 2020 del Fondo Mundial
    » Resumen ejecutivo » Lea
    » Completo (en inglés) » Read more
  • Vea el video del testimonio de Melissa, de 17 años, sobre el cierre de escuelas debido a la pandemia de Covid-19 » Vea el video
  • Lea el artículo « La tragedia oculta de Covid-19 sobre las adolescentes de Malawi » (en inglés) » Lea el artículo

foto : ©Karin Schermbrucker / Global Fund